Te espero…
Allí donde el arco iris se junta con las estrellas
y los duendes juegan a esconderse entre las nubes.
Donde la sinfonía del silencio hace escuchar el eco de mis latidos
y los confunde con los tuyos.
¿Acaso no me ves?
Es mi alma quien te llama. No temas abrazarla.
Tan solo tienes que seguir el perfume de tus ilusiones
y descubrir en las penumbras de la noche mi presencia.
Te espero…
Sal del letargo que corroe tus huesos.
Deja la mediocridad que infunde el conformismo,
porque el miedo paraliza pero la felicidad está en arriesgarse.
Cierra tus ojos, pues mi luz está en tu interior,
esperando que la encuentres.
¿Acaso no me sientes?
Soy aquel que siempre buscaste mientras dormías,
pero hoy llegó el día en que despertarás y verás que sigo allí.
Te espero…
en esta tarde gris se asoma un rayo milagroso.
Decídete a acercarte.
Descubre que no hay peor tristeza
que aceptar una realidad mezquina por terror a enfrentarla.
¿Acaso no me escuchas?
¿Por qué tienes las manos vacías si te ofrezco el mundo?
Extiende tu mano, corta el aire que nos separa,
y sabrás que el futuro está a tu alcance.
Te espero…
Abre la puerta de tus sentidos
y allí me encontrarás, sentado,
contando los segundos de un reloj detenido.
Porque el tiempo será nuestro, al igual que el destino.
¿Acaso no me crees?
Quita el velo de tus ojos y ahora sí, ábrelos.
Aprecia lo que es ver por primera vez,
porque en un universo de ciegos, pocos pueden apreciarlo.
Te espero…
Abracemos este anhelo y hagámoslo eterno.
Te acompaño al horizonte que separa al planeta del infinito.
Y te entrego mi vida, envuelta en sueños,
para que se confundan con los tuyos, que también son míos.
¿Acaso no era cierto?
Que el cielo se hizo tierra para que vivamos como ángeles.
Que la razón se hizo locura para que deliremos como dementes.
Y que el amor se hizo poesía para que la soñemos juntos.
En mis sueños te espero
Por Ignacio Larre