Mirada suave, alas de sueños,
joven frescura, viaje sin tiempo.
Andar errante, amor incierto,
breve caricia, mujer del viento.

Dueña de instantes, fugaz latido,
sutil ternura, anhelo esquivo.
Robando risas y corazones,
cortando alientos, mujer del viento.

Dama admirada, afán de tantos,
domando encantos, cubierta en gracia.
Días de insomnio, noches de cuento,
dulce y amarga, mujer del viento.

Diosa y humana, propia y extraña,
lenta en su prisa, cerca y lejana.
Furtiva estancia, cielo y tormento,
de libre vuelo, mujer del viento.

Sabia imprudencia, cura y veneno,
temple osadía, bella poesía.
Tenaz locura, fuerza implacable,
inalcanzable, mujer del viento.

Creí ser suyo, frenar su marcha,
anclar raíces y hacerla mía.
Sólo espejismos, vil sentimiento,
mujer de nadie, mujer del viento.

Mujer del viento

La mujer, fue, es y será, fuente de constantes sentimientos, inspiraciones y enigmas. A ella todo mi respeto y mi más profunda admiración.

Por Ignacio Larre