Aunque el camino sea difícil, no me detendré.
Podré caer mil veces pero me levantaré una más.
Perderé por momentos el equilibrio aunque jamás la razón.
Me vencerán las fuerzas pero nunca la voluntad.

Por más que le tema al destino, seguiré adelante.
Porque la felicidad verdadera no se alcanza al llegar,
sino en el preciso instante en que logramos convencernos que todo es posible.

Solo hace falta animarse entonces a dar el siguiente paso
y permitirnos disfrutar del viaje…

Pato de Collar caminando por la cornisa, haciendo equilibrio a las adversidades. Le costó, pero pudo sostenerse después de su traspié, brindándome una lección difícil de olvidar.

Haciendo equilibrio a las adversidades
Por Ignacio Larre