La vida podrá dejar sus huellas pero jamás borrar nuestra belleza. Al final de cuentas, sus marcas son la experiencia que nos hace únicos, el rastro que le da valor a cada instante que atesoramos. Son los vestigios de nuestro carácter, la esencia de nuestra fragilidad, la evidencia de nuestro lado más humano.
En honor a nuestras huellas y a nuestra historia, celebremos hoy, más que nunca, el enorme regalo de estar vivos
Las huellas de la vida
Por Ignacio Larre