Sigilosa, cauta, discreta. Hasta en la forma más sutil, la naturaleza se expresa con su máxima perfección.

Silenciosamente nos habla aunque muchas veces no la entendamos, nos acaricia sin siquiera notarlo, nos demuestra su cariño sin esperar retribución.

Es en ese preciso momento, en el que decidimos abrir los ojos, cuando nos damos cuenta de lo privilegiados que somos al ser protagonistas del mayor espectáculo de la creación.

Abramos nuestros sentidos, la función recién empieza. ¿Estás dispuesto a dejarte sorprender?

Pequeña Jacana que decidió acercarse para regalarme un espectáculo que jamás olvidaré.

La perfección de la naturaleza
Por Ignacio Larre