Con los años comprendí…
Que es posible esconder el sol detrás de una sonrisa,
contener una suave brisa de primavera en una caricia
o atrapar el tiempo con tan solo una mirada.

Con los años descubrí…
Que la pasión puede arder más que el fuego, si se mantiene la llama.
Que la locura no es cosa de locos, cuando el alma inspira.
Que el corazón vence los límites que el temor impone y la razón no entiende.

Con los años me di cuenta…
Que el amor no tiene límites para los que creen.
Que las reglas se rompen, pero jamás las convicciones.
Qué es tan imposible quitarle el trueno a un relámpago, como el milagro a un sueño, o el dolor a una mentira.

Con los años entendí…
Que jugarse por algo vale siempre la pena.
Que la verdadera belleza se observa en el espíritu.
Que una palabra puede estremecer la piel, como un beso rozar el alma.

Con los años llegué a la conclusión…
Que madurar no implica resignar.
Que el tiempo sana las heridas del pasado y enseña a superar las que vendrán.
Que la felicidad es una actitud y la vida el escenario donde construirla.

Con los años… Solo con los años…

Con los años
Por Ignacio Larre