En la perfección de las cosas simples se esconde la verdadera esencia de la belleza.
No es tu hermosura, ni tu sublime canto. No es tu delicada figura ni tus inigualables colores.
Es la dulzura de tu tierna mirada la que me cautivó.
Después de ella, te alejaste, dejando mi corazón repleto de satisfacción.

Cardenal descansando por unos instantes y entregándome la mirada más tierna que la naturaleza puede ofrecer. Yo pude verla y deseo compartirla con todos ustedes. Espero que les guste.

La dulzura de tu mirada
Por Ignacio Larre