Se cierne en la aurora tu velo de plata
la noche te apaña y contempla tu gloria.
Reinando a los astros amparas los sueños
de almas dormidas que narran tu historia.
Dile a aquella flor, que aún no se abra,
aquel niño inquieto que ya no es momento.
Rézale algún cuento al cerrar sus ojos
y apaga el vigor de su ingenuo antojo.
Cierras cada día y abres madrugadas
despertando al sol para sus mañanas.
Resguardas con celo la húmeda escarcha
dando un manto fresco para honrar tu estancia.
Hoy mengua tu fuerza, crecerá a su tiempo
pero a tu poder todo se subyuga.
Controlas mareas, escribes zodíacos
y haces al Zorzal volverse maníaco.
Inspiras pasiones, románticos besos,
a tu sombra cubres todo un universo.
Amores nocturnos con ansias eternas
seduces confiando tu atenta presencia.
No apures la marcha avanza despacio,
que aún la penumbra se quedará un rato.
Haz brillar las nubes marcando sus trazos
y hechizando estrellas guiarán tus pasos.
Luna de mi vida no pierdas la magia
al volver mañana con un nuevo encanto.
Ruego poder verte, al mirar al cielo
y con una sonrisa pedirte un deseo.
Luna de mi vida
Por Ignacio Larre