Necesitaba una mano y me estrechaste entre tus brazos.

Precisaba dulzura y me brindaste tu corazón.

Requería compañía y me abriste tu casa.

Me urgía una charla y escuchaste mi vida.

Te echaba de menos y me sostuviste hasta el final.

Amigo mío, gracias porque jamás me diste lo que pedí,
sino, justamente, lo que más me hacía falta.

Amigo mío

El amor adquiere una nueva dimensión a través de la amistad.
Queridos amigos, les deseo a todos un muy Feliz Día del Amigo y les agradezco por hacer que cada uno de mis días sea, justamente, el mejor.
Un fuerte abrazo, con todo mi corazón.

Por Ignacio Larre