Cuando tus alas se abren al cielo, mi mente puede volar.
Cuando el viento roza tu cuerpo, mi piel se estremece hasta lo más hondo.
Cuando atraviesas las nubes, mi imaginación traspasa sus fronteras.
Cuando me hablas con tu simpleza, mi razón se queda sin palabras.

Podrán llamarme soñador, pero en un mundo tan implacable, solo soñando vuelo contigo.

Soñando, vuelo contigo
Por Ignacio Larre